El reclutamiento es tanto una habilidad como un arte cuando se hace bien. Hay capas de habilidades requeridas y puede parecer una batalla cuesta arriba, especialmente cuando obtienes un par de partidos que fracasan seguidos. Pero ser un gran reclutador es algo más que saber cómo hacer el trabajo. También debes tener confianza, ser implacable, circunspecto y no puedes dejar que los días malos te depriman.
Networking: personalidad y relaciones
Los reclutadores son responsables de construir relaciones con sus clientes, quienes simplemente quieren contratar a la mejor persona para cada puesto vacante. Pero también deben poder establecer relaciones con los candidatos que les gustaría colocar. Debe poder trabajar con personas en ambos lados de una ecuación y debe saber cómo la personalidad de un candidato encajará con la cultura corporativa de un cliente. Una unión sólo es buena si dura, por lo que no puedes simplemente convencer a las personas de que encajan bien. El ajuste tiene que ser realmente bueno.
Fluidez con las herramientas del oficio
Desarrollar esa red de grandes clientes y excelentes candidatos requerirá que sepas dónde encontrarlos. Las formas en que los candidatos buscan empleo y los atajos que los clientes pueden tomar están cambiando todo el tiempo. Debes estar al tanto de las mejores opciones y aprender a usarlas de una manera fluida, cómoda y rápida. Desarrolle un flujo de trabajo que incluya la verificación de las redes sociales, herramientas de marketing en línea, sitios de trabajo y sitios de listado de currículums. Utilice tecnologías de contratación modernas como software de reclutamiento que te ayuda a mantener todos esos contactos organizados y al alcance de tu mano.
Equilibre la confianza con la capacidad de escuchar
El reclutamiento requiere confianza. Tienes que estar atento a lo que crees que funcionará mejor para los demás, lo que significa que no puedes dar vueltas y decir cosas como "tal vez esto funcione". No hay lugar para partidos que simplemente están bien. El entusiasmo y la confianza ayudarán a que sus clientes y candidatos se sientan seguros de usted.
Pero hay que lograr un equilibrio, porque el exceso de confianza conlleva errores tontos. Ser un buen oyente también es parte del trabajo. Los grandes reclutadores no siempre miran a su próxima gran opción, sino que escuchan atentamente lo que los candidatos y clientes realmente piden. A veces, el cliente o candidato no es capaz de comunicar qué es lo que quiere, pero si escuchas atentamente, empezarás a comprender cuál sería una gran opción para ellos.
Paciencia, velocidad y resiliencia
¿Por qué juntar paciencia y velocidad? Porque un reclutador tiene que ser el primero en salir cuando se abre un gran puesto que podría ser perfecto para un candidato. La competencia es alta y eso significa que no puedes esperar para llegar a ese partido.
Al mismo tiempo, debes tener paciencia mientras esperas que aparezca la pareja perfecta. Armar una empresa con un candidato que simplemente no prosperará dentro de la cultura corporativa no será bueno para nadie. Incluso si el candidato es contratado, si no dura, estará poniendo en juego su reputación. Si eres impaciente, estás arriesgando tus redes, tus relaciones y el trabajo que has realizado para llegar a donde estás.
Por último, un gran reclutador debe ser resiliente. No todas las ubicaciones funcionarán. No todos los candidatos encontrarán trabajo a través de usted, por mucho que trabaje. Y habrá momentos en los que una colocación fracasa y sientes que simplemente no puedes volver a levantarte. El reclutamiento es un trabajo que ha tenido altibajos. Cuando estés abajo, recuerda que eventualmente tendrás que volver a subir. Sigue adelante o nunca llegarás allí.